En la educación tradicional, la mirada hacia el alumno muchas veces se ha visto empañada por una visión que lo coloca como un ser pasivo e incapaz, sin tomar en cuenta sus capacidades, intereses y necesidades. Esta perspectiva limita el potencial de los estudiantes y crea un ambiente de aprendizaje desmotivador e inequitativo.
¿Por qué es importante dejar de ver al alumno como incapaz?
Ver al alumno como incapaz tiene consecuencias negativas como:
- Desmotivación: Los estudiantes que son vistos como incapaces se sienten desmotivados y pierden el interés por aprender.
- Baja autoestima: Los estudiantes que son constantemente criticados y señalados por sus errores desarrollan una baja autoestima y una imagen negativa de sí mismos.
- Exclusión: Los estudiantes con necesidades especiales o diferentes estilos de aprendizaje son excluidos de un aprendizaje efectivo.
¿Cómo podemos cambiar la mirada hacia el alumno?
Es necesario cambiar la mirada hacia el alumno y verlo como un ser:
- Competente: Todos los estudiantes tienen capacidades y habilidades que pueden desarrollar.
- Curioso: Los estudiantes tienen un deseo natural de aprender y explorar el mundo que les rodea.
- Activo: Los estudiantes son capaces de construir su propio aprendizaje a partir de sus experiencias y conocimientos previos.
¿Qué estrategias podemos utilizar para cambiar la mirada hacia el alumno?
Partir de las necesidades e intereses de los estudiantes: Conocer a los estudiantes y sus intereses permite al docente diseñar experiencias de aprendizaje significativas y relevantes.
Fomentar la participación activa de los estudiantes: Los estudiantes deben ser protagonistas de su propio aprendizaje, participando en actividades que les permitan explorar, descubrir y construir sus conocimientos.
Valorar la diversidad: Cada estudiante es único y tiene algo valioso que aportar. Es importante celebrar la diversidad y crear un ambiente de aprendizaje inclusivo.
Utilizar la evaluación como herramienta de aprendizaje: La evaluación debe ser un proceso continuo que ayude a los estudiantes a identificar sus fortalezas y áreas de oportunidad para mejorar.
Conclusión
Dejar de ver al alumno como incapaz es un cambio de mirada fundamental para construir una educación más justa, equitativa e inclusiva. Al enfocarnos en las capacidades de los estudiantes y brindarles oportunidades para desarrollarlas, podemos potenciar su potencial y prepararlos para el éxito en la vida.